Desde la pandemia hasta la crisis del costo de vida, la emoción de los últimos dos años ha afectado la salud mental de las personas y ha proporcionado un escenario perfecto para el abuso de drogas y alcohol.
Para muchos, los factores recientes, como el aislamiento prolongado, los cambios laborales significativos y la incertidumbre laboral, política, han desencadenado en sentimientos negativos que se traducen en estrés, ansiedad y depresión.
Algunos pueden recurrir a las drogas y/o al alcohol como un mecanismo de defensa: una forma de eliminar temporalmente las emociones negativas, escapar de los factores estresantes de la vida. Sin embargo, lo que la mayoría no se da cuenta es que el uso excesivo o indebido de estas sustancias puede empeorar los problemas existentes e incluso crear más problemas, sobre todo en el trabajo.
Después de todo, el consumo de alcohol afecta negativamente la capacidad de una persona para concentrarse, resolver problemas y reaccionar rápidamente ante los problemas. También puede impedir su juicio, memoria y habilidades para tomar decisiones. Naturalmente, esto preocupará a los empleadores, ya que podría aumentar la posibilidad de que se cometan errores, además de plantear riesgos reales para la Seguridad y Salud Ocupacional
Incluso en empresas consideradas de bajo riesgo, trabajar bajo la influencia puede afectar la asistencia, el desempeño, el profesionalismo y las relaciones con sus compañeros de trabajo, por lo cual se presentan consecuencias negativas. Por supuesto, también habrá preocupaciones por la salud y el bienestar del colaborador y su familia.
Desafortunadamente para los empleadores, el problema se está intensificando.
Con un cumulo de situaciones entre las dificultades financieras y problemas de salud tanto física como mental, lo que a su vez puede incitar a las personas a automedicarse.
Dada la caída de los ingresos «reales» de las familias debido a las políticas de reducción de salarios que se han experimentado en el Ecuador desde finales de 2020, y el estrés y la preocupación que esto está causando a muchas personas, es probable que la dependencia del alcohol se convierta en un problema más profundo.
Debido a esto, es esencial que los empleadores sepan qué hacer si sospechan que un empleado puede estar luchando contra el abuso de sustancias.
Si bien es cierto las empresas deben cumplir con un programa de prevención del uso y consumo de alcohol y drogas. Este programa incluye el tipo de pruebas que se realizarán, las consecuencias de un positivo, y el tipo de apoyo que se ofrecerá a los empleados con problemas de adicción. Las empresas también deben estar atentas a los signos de abuso de alcohol y drogas. Si un empleado está teniendo problemas para rendir en el trabajo, o está involucrado en actividades peligrosas o ilegales, es probable que esté abusando de sustancias.
Si un empleado es sospechoso de abuso de alcohol y drogas, las empresas deben tomar las medidas necesarias para ayudarlo. Esto puede incluir ofrecerle tratamiento, realizar un seguimiento de su progreso.
¿Qué signos se deben tomar en cuenta?
Conocer los signos del abuso de alcohol y drogas permitirá a los gerentes y su equipo intervenir temprano para que puedan apoyar a los empleados y prevenir problemas en el lugar de trabajo antes de que surjan.
Los indicadores de abuso de drogas y/o alcohol en el trabajo incluyen:
• Ausencias más frecuentes. El abuso de alcohol y drogas, que incluye los medicamentos recetados, puede hacer que los empleados se sientan con malestar. Muchas sustancias también pueden influir en el sueño. Esto puede acarrear un aumento en el ausentismo.
• Baja en el rendimiento. No hace falta decir que estar bajo la influencia de sustancias en el trabajo puede dificultar la concentración, lo que afecta la capacidad de los empleados para llevar a cabo tareas más complejas. Si la calidad del trabajo se ve afectada, se evidenciará un aumento notable de errores o incumplimientos, estos pueden síntomas de que algo anda mal.
• Cambios de comportamiento. ¿Se ha vuelto el empleado de repente más, irritable o conflictivo? ¿Reaccionan exageradamente a las cosas pequeñas? ¿Han perdido la motivación? Si el comportamiento y las reacciones del empleado a las situaciones son inusuales e injustificados, puede ser una señal de alerta para el abuso de alcohol y drogas.
• Cuestiones de conducta. Los cambios de comportamiento también pueden conducir a problemas de conducta, que incluyen tardanzas, una actitud agresiva con compañero o clientes.
• Cambios en la apariencia. Los trastornos por uso de sustancias pueden afectar el bienestar físico y la apariencia de los pacientes de manera significativa, su higiene personal o su apariencia profesional también pueden verse afectadas.
Por supuesto, estos no siempre son indicadores de abuso de sustancias; el empleado también puede estar luchando con el estrés familiar, una enfermedad o un problema laboral. Por lo tanto, es importante no sacar conclusiones precipitadas: si un empleado muestra cualquiera de los comportamientos descritos, sería recomendable una conversación privada manejada con sensatez para tratar de comprender las razones.
En cualquier caso, los empleadores deben asegurarse de tener un programa adecuado de uso y consumo de alcohol y drogas.

Divulgue su programa y capacite a su personal
Al igual que con todos los asuntos laborales, tener un programa no es suficiente; necesita ser comunicado, entendido y cumplido.
Los gerentes, jefes o personal con rango superior deben tener saber cómo actuar si sospechan que del consumo de alcohol o drogas de los empleados está afectando su trabajo. También deben ser conscientes de las implicaciones de no abordar el posible uso indebido de alcohol y drogas, especialmente cuando se convierte en un problema de seguridad para el resto del personal.
Esto se puede hacer asegurándose de que todos los gerentes, jefes y empleados reciban capacitación sobre sus políticas, por ejemplo, en la inducción y en intervalos regulares a partir de entonces cuando se actualicen las políticas o cuando surja la necesidad.
Aborde la situación de forma efectiva y considerando la empatía.
Es importante que los gerentes manejen el uso indebido o abuso potencial de sustancias en el trabajo de manera sutil. Acusar abiertamente a alguien de consumir drogas o de ir al trabajo borracho o drogado puede parecer un ataque y provocar confrontaciones, lo que solo empeorará las cosas. También podría resultar en que el empleado renuncie y pueda presentar un reclamo, si no se dispone de pruebas concretas.
Si sospecha que un colaborador consume sustancias, es una buena idea documentar los comportamientos específicos que causan sospecha y preocupación. Luego puede presentar estas observaciones al empleado de una manera objetiva, empática y no acusatoria con el objetivo de identificar formas de ayudar.
Los empleados que regularmente se presentan borrachos al trabajo pueden hacerlo porque tienen dependencia del alcohol. En estos casos, puede ofrecer apoyo a través del departamento médico o de una agencia especializada.
Cualquier ausencia por asistir a un tratamiento debe tratarse como una ausencia por enfermedad. Sin embargo, si el empleado no sigue la vía de tratamiento recomendada o continúa teniendo problemas con su desempeño, conducta o asistencia, es posible que se justifiquen medidas disciplinarias. Tenga en cuenta que el despido debe ser el último recurso.
Es más, los empleadores razonables probablemente harían una distinción entre un empleado que se presenta y admite tener un problema con las drogas o el alcohol y un empleado que se encuentra por encima de los límites legales cuando se somete a la prueba, o que causa un accidente o incidente como resultado del su consumo de alcohol o drogas.
Este último puede tratarse como un delito de mala conducta grave, mientras que el primero puede recibir una mayor comprensión y verse como una oportunidad para tener una conversación honesta y explorar opciones de apoyo.
Cualquier programa debe dejar esto claro, es decir, si un empleado le confía a sus colegas o a su empleador que tiene una dependencia, entonces el empleador se esforzará por apoyarlos a través de intervenciones tales como servicios de drogas y alcohol y ajustes razonables en la actividad laboral para gestionar el riesgo de manera adecuada.
Preste atención a los riesgos para la Seguridad y Salud de los trabajadores
Trabajar bajo la influencia del alcohol o las drogas tiene implicaciones para Seguridad y Salud de los colaboradores. Puede conducir a comportamientos de riesgo, decisiones impulsivas y errores, lo que puede tener graves consecuencias, no solo para el empleado intoxicado sino también para quienes lo rodean.
Operar maquinaria en estado de ebriedad, por ejemplo, es extremadamente peligroso ya que puede afectar la concentración, la coordinación y el tiempo de reacción del operador.
Incluso en entornos de oficina, el uso indebido de sustancias puede aumentar en gran medida el riesgo de resbalones, tropiezos y caídas y también puede conducir a un comportamiento violento o agresivo, poniendo en riesgo a los demás.
Si el empleado maneja como parte de sus funciones, o usa maquinaria, equipo eléctrico o escaleras como parte de su función, los empleadores deben estar más atentos cuando se trata de signos de abuso de sustancias.
Por lo tanto, es importante estar atento a las señales de que un empleado está bajo la influencia, incluidas las descritas anteriormente. Tome nota también de los aumentos repentinos de accidentes en el lugar de trabajo y asegúrese de registrarlos, ya que esto puede indicar un problema con el alcohol o las drogas.
En roles críticos para la seguridad, es posible que desee reservar el derecho de evaluar aleatoriamente a los empleados. Si un empleado no pasa la prueba, se debe retirarlo del trabajo hasta que un laboratorio acreditado entregue los resultados de la prueba de drogas y alcohol. Esto podría conducir a una acción disciplinaria, lo que podría resultar en el despido.
Las pruebas deben ser genuinamente aleatorias o incluir a todos en ese rol crítico para la seguridad para evitar problemas de discriminación. Además, las pruebas de causa justificada podrían introducirse en caso de accidente, incidente o sospecha de uso indebido de sustancias. Esto también podría extenderse a los contratistas; Si bien los empleadores no podrán hacer cumplir esto, negarse a realizar una prueba podría verse como una admisión de culpabilidad, lo que puede llevar a que la persona sea expulsada del sitio.
Del mismo modo, no se puede obligar a los empleados a someterse a pruebas de detección de drogas o alcohol. Sin embargo, si se niegan y usted tiene buenos motivos para realizar la prueba según la política, podrían enfrentar medidas disciplinarias, que podrían incluir el despido.